16 enero, 2010

El clásico terminó en empate pero dejó un mejor juego aurinegro


Mirando el bosque y no el árbol pienso que el clásico de el día de ayer marcó algunos hechos positivos que de ser capitalizados correctamente pueden marcar el inicio de una temporada exitosa para el Decano. Peñarol ayer encontró nuevamente el tan ansiado como histórico número 5 que ha acompañado cada exito del club en su gloriosa historia: Arévalo Ríos volvió no solo intacto físicamente sino también maduro en el manejo de la pelota y este aspecto marca una evolución en este jugador. Pero no sólo eso sino que a su lado Sergio Orteman demostró el porqué de su arribo...con personalidad, fuerza y determinación siendo el compañero que Arévalo Ríos precisaba a su lado, ambos jugadores impusieron su clase en un mediocampo renovado.
A la izquierda de ambos un incanzable Gastón Ramírez que se reafirma a cada paso como un jugador de esos que salgan bien o no las cosas no se esconde, personalidad, ida y vuelta permanente, y un gran corazón para el juvenil aurinegro.
En la zaga la presencia de un fuerte Guillermo Rodríguez imponiendose físicamente con determinación en el mejor partido que ha jugado con la camiseta decana, es de esperar que habiendo demostrado una muy buena actuación siga por este camino retomando la senda del jugador que se conoció en las selecciones juveniles y en su club de origen.
Un buen debut...
Urretavizcaya mostró habilidad, determinación para encarar con pelota al pie, personalidad para no dejarse llevar y una velocidad que hoy no tiene ningún otro jugador aurinegro y probablemente del futbol uruguayo en general, esperanzador.
La confirmación...
Peñarol necesita urgentemente un número 9 de los que siempre tuvo el club en sus incontables triunfos, el 9 histórico, referencia de área.
Los que no levantan...
Particularmente no me gustó nuevamente el rendimiento clásico de Marcel Román, perdido y sin ser el "pac-man" que devoraba rivales con su trajín constante.
Antonio Pacheco no levanta jugando en ocasiones muy individualmente cuando la jugada pedía un centro o pase rápido el Tony demoró en más de una ocasión con una pisada o un "lujo" que no rinden frutos, culminando una opaca actuación con varios centros que no llegaron al área.
Entre que sí y que no...
El arquero Sebastián Sosa genera una sensación extraña, debajo de los tres palos es capaz de sacar esas pelotas imposibles que solo Juan Castillo lograba atajar pero también su desempeño ante centros al área genera dudas, deberá mejorar indudablemente este aspecto para ser un arquero completo.
Rúben Olivera no termina de redondear ni su puesta a punto física ni una actuación como las que logró un su anterior pasaje por la institución.
¿Con esto alcanza?
Peñarol mostró circulación de balón, personalidad, despliegue y ganas de ganar pero demostró también la carencia mayor de este plantel: tuvo veinte minutos metido en su arco al rival pero no fue capaz de lograr marcar el gol -merecido ampliamente- que le hubiera dado la victoria. La carencia de centrodelantero es indisimulable y la responsabilidad de los dirigentes será encontrar este hombre rápidamente.










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