27 febrero, 2011

Debut con derrota en la Libertadores


A Avellaneda nos fuimos con toda la ilusión, por Carboneros más que por lo que el cuadro había mostrado en la cancha en los primeros partidos del campeonato uruguayo.
El rendimiento del equipo fue coherente con lo que se venía viendo, un primer tiempo decoroso en donde se mantuvo el orden y Freitas quitó bastante en el mediocampo, primera parte del libreto que se cumplía, orden y poco peligro en nuestro arco pero muy lejos que crear situaciones al local.
La segunda parte nos encuentra con el cambio de Valdez que sale (de buen primer tiempo) dejando su lugar a Alejandro González, Peñarol que toma rápidamente un gol y el desorden rápidamente gana al equipo que de allí en más no encontró respuesta futbolísticas para inquietar a un equipo discreto como es este Independiente, equipo que no llenó su modesto estadio a medio construir (ya subiremos los videos que lo prueban) y que a lo sumo albergará unas 25.000 personas.
Ahora esperemos que el maltrato recibido en Avellaneda sea correspondido y nuestra dirigencia no sea nuevamente alcahueta de los visitantes, deben ser 3000 entradas y nada más y ser colocados en un rincón del Centenario, en Avellaneda nos colocaron en un espacio minúsculo en el cual no se veía uno de los arcos, nos entregaron pocas entradas, la policía nos paseó por Buenos Aires y separó omnibus de la caravana para "entregarlos" y allí estaban los tristes de Independiente -el cuadro con menos aliento que he visto en Argentina- tirando piedras y corriendo cuando los omnibus carboneros paraban. 51 omnibus acompañaron al equipo en Avellaneda con el color habitual.
En Peñarol rendimientos bajísimos que asombran, Urretaviscaya (dicen que jugó lesionado), Aguiar, Corujo (más efectista que efectivo), y muy poco en ofensiva en donde -en principio- era nuestro fuerte.
Los que allí estuvimos dejamos la garganta en la tribuna pero toda la fé de la gente no fue correspondido con la misma entrega de parte de los jugadores, ahora nos espera Mendoza con la fé renovada, porque SOMOS PEÑAROL.


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