01 septiembre, 2008

Carta de un hincha

Hace años que sigo partido a partido a Peñarol y nunca viví algo como lo del sábado en el Charrúa. Pero lo que hizo ayer la policía con la gente nunca en mi vida lo había pasado. Lo de ayer fue increíble, como los policías nos pegaron y como disfrutaban mientras lo hacían y armaron un lío tremendo.
¿Cómo inicio todo?, seguro dirán que la hinchada de Peñarol y sus “violentos” comenzaron a armar disturbios y la policía tuvo que actuar, pero no es así en lo absoluto. Llegue media hora antes del partido con entrada para la Ámsterdam y carne de socio en mano. Había una fila tremenda, custodiada por policías desde ambos lados, yo al igual que muchos de los que llegábamos nos integrábamos al final de la fila como debe ser. Alguno se quería pasar de listos y colarse pero los policías lo mandaban al final de la fila sin mayores inconvenientes. Hasta aquí todo con normalidad, la entrada era fluida, no había mucho amontonamiento debido a los dos cercos policiales que hacían de filtro. No hubo atropellamientos ni avalanchas ni nada, cosas que suelen suceder en las filas de entrada. Cuando estaba a pocos metros de la puerta, 3 caballos de la policía atropellaron a los que estábamos en la fila, nos llevaron puestos literalmente, tuvimos que correr para que los animales no nos pegaran, detrás de ellos los policías de a pie daban palazos corriendo a la gente. ¿por qué? ¿a causa de que?. En ese momento la fila se desarmo por completo y los policías comenzaron a gritar que se hiciera una fila en un sentido opuesto a la primera. La primera fila era de este a oeste y querían que fuera al revez. ¿para que?, si todo funcionaba bien, solo ellos lo saben. La forma que tuvieron para pedirlo fue atropellando y pegando ¿con que necesidad?. En este momento algunos referentes de Peñarol se pusieron entre policías e hinchas y trataron de calmar a todos diciendo “tranquilos, vamos a quedarnos tranquilos y hacer todo lo que nos digan así podemos entrar”, “no digan nada vamos a hacer lo que quieran así entramos”. Un policía pidió que se formaran grupos de a 20 para ingresar, algunos referentes comenzaron a separar la gente y cuando fue el primer grupo los que estaban en los costados recibían palazos al paso como si fuera una pasarela, al llegar no se les permitió ingresar, comenzaron a gritar y quejarse por obvio y la represión fuerte no se hizo esperar, les dieron con todo. Se cerraron las puertas y dijeron que nadie iba a ingresar. ¿Cómo es esto?. ¿con que necesidad?. Aquí comenzaron a caer las primeras piedras, me acerque a un policía y le dije “¿es necesario armar todo este lío? Si estábamos entrando lo más bien, estaba todo tranquilo”, la respuesta que obtuve fue un palazo que por suerte no me dio. Luego me dice “vení a organizar vos si te crees tan inteligente, dale vení” (me iba a acercar y todo...). Teníamos entradas y no nos dejaban entrar y querían que nos fuéramos, obvio que nadie se fue por lo que, comenzaron a replegarnos. El camioncito de los policías acelero contra la gente, algo que hacen muy seguido, otros policías tras los escudos se nos vinieron encima, a un señor mayor le destrozaron el brazo, la gente corría y cada vez llovían mas piedras. Luego de este avance de los policías la gente se replegó y todo “se calmo” por así decirlo, nos acercamos nuevamente pero para qué, a un peludo lo agarraron entre dos policías y lo arrastraron de los pelos mientras le daban palazos. Yo le gritaba a un policía (que ya lo tengo visto hace tiempo, siempre esta y es muy quilombero) (imposible saber el nombre, no tienen el cartelito). ¿Es necesario pegar? ¿hay que armar todo este lío?, y me dijo “a ver donde están los valientes de Peñarol, a ver, donde están” y tiraba palazos. Yo le grite “mira que somos gente, no somos animales, no nos tenés que pegar, no hace falta pegar” otros también le gritaban “no tenés familia vos, no tenés hermanos, hijos, ¿por qué tienen que pegar así?, insultos también habían por obvio. Ahí se nos vinieron encima de vuelta, un caballo me persiguió casi 50 metros, las piedras caían nuevamente de a muchas, un policía a caballo saco el sable, si, SACO UN SABLE, no se porque esos policías tienen sable, ¿con que propósito? y amenazaba a al gente. Otro policía se agarraba el arma de reglamento y se reía amenazando con sacarla, mientras que otros nos tiraban piedras. Si los policías nos tiraron piedras!!! Y un par escupieron a un hincha luego de pegarle.
No voy a descubrir nada diciendo que la sociedad es cada vez más violenta en todos sus ámbitos, el fútbol hace rato que es bastante violento y debe ser tratado con inteligencia. La policía no debe ser una barra brava armada, sino un cuerpo de prevención, y acción si lo amerita, no un grupo de personas que se divierten con las personas comunes. No digo que en la hinchada de Peñarol no haya gente quilombera, drogada, etc. En ningún momento dije eso, pero hay que saber diferenciar cuando hay problemas ocasionado por hinchas y cuando los hinchas son las victimas. Es verdad que muchas veces los líos los ocasionan algunos hinchas de Peñarol, pero claramente vemos que esta vez no es así.
Con un accionar como el de los policías ayer, cualquiera reacciona. Desde el más violento hasta el más tranquilo, es imposible quedarse de brazos cruzados mientras te están pegando y por diversión, para reírse entre ellos, porque saben que después se acusa a la hinchada por sus antecedentes.
A estos policías hay que pararles el carro, hay unos cuantos que hace rato vienen armando líos y provocando, no es la primera vez que el policía que me dijo “a ver donde están los valientes de Peñarol” dice eso, ya lo hizo luego de la final contra River, donde la policía hizo correr a los hinchas que queríamos despedir a los jugadores cuando se subían al ómnibus luego del partido. Si seguimos así, si nadie hace nada, va a pasar lo peor y ahí ya no se va a poder hacer nada.

Si algún otro hincha quiere dejar su versión, tiene las puertas abiertas.
Este relato fue enviado a la página por un hincha común, igual a cualquiera de nosotros.



Carta extraída de hinchadamanya.com

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